Un rato antes de su show, Axel llega a Chauvin y se dispone a sentarse en un box, café por medio y una avocado toast, el multi- instrumentista, compositor e intérprete argentino abocado a la grabación y la performance en directo, conversa alegremente sobre sus inicios, su paso por reconocidas bandas y su presente en un ida y vuelta:
¿Tenes algún proceso creativo previo a una performance?
Trabajo mis presentaciones, por pequeñas que sean, de modo individual. No es que tengo un show estándar que voy y lo hago a rajatabla en cualquier lado, sino que, para cada lugar tengo una predisposición.
Para el Soundroom, la predisposición es la de hacer algo que contenga los temas de mi repertorio habitual pero que también esté abierto, con un costado más íntimo, más confesional. Partimos de esa idea.
La sala tiene un formato muy íntimo que invita a eso…
Con una atmósfera tan controlada a nivel sonoro voy a disfrutar de mis samples. Yo trabajo mucho el archivo sonoro, el collage y, últimamente, lo estoy disfrutando de modo más sereno sin ira para que bailemos. Es algo más contemplativo.
¿Generás tu banco de samples a través de grabaciones de campo?
Hay de todo. Mucho es de los propios temas. En los temas hay archivos sonoros que pueden ser de mi cosecha propia, así como también de librería. Hay cosas que están buenas y descubrís de ese modo. Muchos vientos grabados, arreglos que despliego el archivo, el track de audio de los vientos y lo asigno a cada una de las notas.
¿Qué recordás de ese Axel de 18 años que arrancó con un multipistas?
Qué no recordar… porque sigue siendo igual.
Si bien ha pasado mucha agua bajo el puente, las ganas son parecidas.
En ese tiempo, tenía que dar muchas vueltas para dar con un resultado más pobre y ahora tengo más claro a dónde quiero llegar, doy menos vueltas y el resultado es rico, a veces no tanto, pero ya sé dónde tengo que ir.
Se van acumulando temas y canciones, eso está bueno porque si bien me dedico de lleno a la música, no me dedico de lleno a las canciones.
Con el paso del tiempo voy teniendo un abanico de canciones que me permite moverme cómodo a la hora de hacer un show.
Por otro lado, hay una esencia que se mantiene. La búsqueda es similar. Siempre mis puntos cardinales fueron la grabación acústica, la electrónica, la secuenciación y después el extrañamiento y la búsqueda del enrarecimiento de la percepción y el hacer música.
En la creación de melodías espontáneas, sin convertirme jamás en un musico de fusión de jazz.
Siguen siendo las mismas cosas las que me gustan: la experimentación y la acción.
En tu carrera estuviste tocando en La Portuaria y haciendo gira con Soda Stereo, ¿Qué recuerdos se te vienen a la mente?
Todo eso ocurrió cuando estaba adentro del huevo. Eso fue antes de decidir mostrarme como una persona que hace cosas.
En ese tiempo, cuando tocaba en La Portuaria o hice la gira Gracias Totales de Soda o sesión para Los Pericos, fue genial porque el desparpajo juvenil te permite estar tranquilo.
Pero era más mi faceta de ejecutante de vientos y muy poco en relación a lo que deseaba.
Hacía mi música, pero para alguna película u obra de danza.
Para mí, tocar en esas bandas no significaba estar satisfecho artísticamente.
Nunca me funcionó comercialmente, pero, eso hace que uno siga en el camino.
Los grupos que tuvieron mucho éxito a veces terminaron en el apocalipsis. A medida que pasa el tiempo, en la reflexión pienso que no haber llegado a un puerto muy seguro me llevó a seguir en el mar.
Mi música es de carácter alegre y oscuro también.
Suelo ser muy sarcástico en vivo y me gustan los monstruos y la música de miedo.
¿Qué me podés contar del último material?
El último disco lo saqué en plena pandemia y fue compuesto en los últimos años, trabajando a la distancia con un productor.
Es la primera vez que trabajo con alguien que me ayuda a trabajar el sonido desde la producción.
Es un disco más bien electrónico y con pocas canciones, bastante enrarecido.
Me gusta, pero, es un material que no voy a poder tocar demasiado, por lo menos cuatro canciones sí, es bastante experimental, otra parte es más bien alegre y bailable.
¿Qué proyecto tenés para lo que resta del año?
Estoy haciendo la música de una película de Gonzalo de María.
Ping Pong
Película favorita: Kung fusión (Kung Fu Hustle)
Un músico: Serge Gainsbourg.
Un lugar en el mundo: mi casa.
Un libro que te haya marcado: La historia de San Michele de Axel Munthe